¿Qué es la Asamblea Popular de Villaverde? ¿Qué objetivos generales persigue? ¿De qué modo pretende incidir en las problemáticas del barrio y fuera de él?
Somos un movimiento popular asambleario, un espacio de debate y discusión abierto, plural y participativo, que se articula de forma independiente respecto a cualquier organización política, y, particularmente, respecto a los partidos institucionales, sean éstos de derechas o de “izquierdas”. Quienes participamos en la Asamblea lo hacemos a título individual.
Somos, por tanto, una organización apartidista, pero no apolítica. Tenemos una posición política muy clara: pretendemos ser un instrumento de lucha por la transformación social. ¿Qué quiere decir esto? Que consideramos que, bajo las condiciones del sistema capitalista, no pueden existir unos auténticos derechos políticos, económicos y sociales. El capitalismo es la negación de todos y cada uno de esos derechos.
Cinco millones de parados dan testimonio de lo que el capitalismo entiende por derecho al trabajo. Miles de familias en riesgo de ser desahuciadas dan testimonio de lo que entiende el capitalismo por derecho a una vivienda digna. Que el 80% de la riqueza de este país esté en manos de sólo el 20% de la población, es decir, en manos de una minoría privilegiada y explotadora; que la brecha entre ricos y pobres no haga sino aumentar o que cientos de miles de familias no tengan ni un solo euro de ingreso mensual, dan testimonio de qué entiende el capitalismo por igualdad económica o derecho a una vida digna.
Y en lo que se refiere a nuestros derechos democráticos las cosas no están mucho mejor: una clase política absolutamente parasitaria y vendida a la oligarquía financiera, a los intereses del capitalismo nacional e internacional, decide, en los parlamentos y demás organismos seudodemocráticos, sobre nuestras vidas sin que tengamos ninguna capacidad de intervenir en este ámbito. Y, cuando nos decidimos a intervenir en el terreno en el que podemos y debemos hacerlo, desde la calle, con la movilización, con la lucha popular, el Estado no tarda en enviarnos a los guardianes del orden y la ley para recordarnos hasta qué punto nuestros derechos políticos no son más que papel mojado: tales derechos nos son reconocidos, pero sólo a condición de no hacer uso de los mismos jamás.
Por otra parte, el capitalismo ha demostrado ser (lo demuestra cada día) un sistema basado en la agresión, en la guerra, en el robo por parte de los países llamados “avanzados” respecto a los pueblos de Asia, África o Latinoamérica. En los últimos años, se han llevado a cabo diversas agresiones imperialistas en países como Irak, Afganistán o Libia. Se destruyen países enteros, se masacra a su población civil, y todo con un solo objetivo, que, por supuesto, nada tiene que ver con la extensión de la democracia o de los derechos humanos. Lo que se pretende con estas agresiones es una sola cosa: hacerse con el control de los recursos naturales, es decir, del petróleo y otras materias primas.
E igualmente hay que señalar al capitalismo como el responsable directo del grave deterioro medioambiental que está sufriendo el planeta. El desarrollo incontrolado de la industria, de la sociedad de consumo, la búsqueda del beneficio económico a cualquier precio, nos están conduciendo a una gravísima situación medioambiental, a un punto de no retorno. El capitalismo no tiene ni la menor intención de tomar ninguna medida para evitar este peligro. No puede hacerlo, de hecho, pues se lo impide la lógica del mercado, la lógica del consumo, del beneficio económico, que es su leitmotiv.
La superación del sistema actual y la construcción de una nueva sociedad basada en auténticos principios de democracia, igualdad y solidaridad en todos los órdenes, es hoy una necesidad acuciante. El capitalismo está política, económica e históricamente agotado. La profunda crisis en la que se encuentra, y de la que no hay marcha atrás (la crisis ha venido para quedarse), no es sino el reflejo de ese agotamiento. Como Asamblea, queremos contribuir a esta necesaria transformación social, a ser sujeto activo de la misma, a que el pueblo trabajador del barrio de Villaverde sea asimismo sujeto activo.
No obstante, esta Asamblea no se ha creado únicamente para los grandes objetivos; queremos tener también una dimensión local y ser expresión de las reivindicaciones y problemáticas del barrio en lo referente a vivienda, paro, sanidad, migración, educación, cultura, etc.. Los procesos de transformación social se hacen desde abajo, desde la base; y, por lo tanto, quienes participamos de este proceso, quienes trabajamos por impulsarlo, debemos intervenir tanto en la dimensión local como en la dimensión más general.
Por último, esta Asamblea muestra su total beligerancia hacia toda actitud racista, xenófoba, fascista y sexista. Tales actitudes no tienen cabida en su seno y no deberían tenerla en el barrio. Somos un barrio obrero y popular, multicultural, solidario y combativo. Y consideramos que esto debe manifestarse en la relación entre quienes lo habitamos, sea cual sea nuestra procedencia, nuestra cultura, nuestro género o nuestra orientación sexual.
Llamamos a todas las trabajadoras y trabajadores, a todas las vecinas y vecinos a participar en la Asamblea Popular de Villaverde, en las asambleas que existen en sus diferentes barrios, en sus comisiones de trabajo y en las iniciativas y movilizaciones que surjan a partir de las mismas.
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